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domingo, 28 de octubre de 2012

Guarda tu corazón para alguien que se preocupe..

Hay que saber elegir bien quien hay que dejar que vea a nuestro corazón, porque una vez, lo descubrimos, lo destapamos, lo ponemos a la vista, cualquiera lo puede coger y utilizarlo a su antojo haciendo que se rompa en mil y un pedazos. Y si pasa eso, ya no hay vuelta atrás.
Por eso, hay que guardar nuestro corazón para la gente que valga la pena, que se preocupe por que este bien y cómodo, no por que el mismo este bien. ¿Queda gente así? Quien sabe, yo apuesto por que si. Tiene que haber pues sino, todos moriríamos por no ser amados y por no amar. Por que una vida sin amor no tiene sentido, todo lo demás esta bien, pero el amor es lo que lo complementa con todo.


lunes, 15 de octubre de 2012

Princesa de ilusiones.

Nunca quise ser princesa, nunca quise tener a mi príncipe azul al lado. Nunca quise un castillo ni una mansión. Jamás creí en los cuentos ni en los finales felices.

Y ahora cambia el nunca y jamás por el siempre y el ni por el "y". Exactamente, siempre quise, cuando tenía 4 años, incluso con 10 años todavía lo quería. Por que era una niña, y aun que ahora me siga considerando una niña, pues 15 años no son muchos, no quiero eso. O bueno, mejor dicho, no espero eso, no creo que eso pueda ser posible. Porque cuando eres pequeño te crees cualquier cosa que te dicen y que te cuentan, pero una vez dejas de ser tan niño, te das cuenta de que eso jamás podrá suceder. Dicen que no utilices el nunca ni el jamás. Pero así lo siento yo. Que puedo tener príncipes pero no serán azules, no serán perfectos. Pero lo cierto es que no me quejo, por que la perfección no existe y además, no me gusta. Prefiero tener a mi príncipe rojo, será imperfecto, pero será perfecto para mí. Será el que nunca nadie a buscado, ni siquiera yo, pero le querré más por ese mismo motivo.


miércoles, 10 de octubre de 2012

Sufrir, golpe tras golpe.

Las lágrimas surcan sus mejillas. Recibe puñetazos por todo su cuerpo, por los brazos, las piernas. Cualquier sitio que el pille cerca es mutilado por sus puños. ¿Y ahora? ¿Después de eso? Le coge del cuello y con bestialidad la tira al suelo. Una vez allí, le empieza a pegar patadas como si de un peluche sin corazón se tratará. Ella aguanta, sigue ahí, sin inmutarse más de lo debido. Dispuesta a tragar todo aquello, sin decir palabra. Solo llora, las lagrimas mojan sus mejillas, el suelo, incluso su cuerpo semi desnudo. No soporta más pero sigue ahí, intenta levantarse, lo consigue, pero sigue recibiendo puñetazos, uno tras otro. No le mira a la cara, solo intenta salir de allí. Deja de oír las palabras que dice, respecto a llorona, a cosas que hacen igual de daño que los puñetazos. Sale corriendo y se viste, siguiendo con lagrimas en los ojos. Sus ojos, rojos, llenos de lágrimas. Su cara, en una mueca de dolor y desolación. Al fin, tras vestirse y librarse de él, sale de casa. Y por ironico que parezca, sonríe. Sonríe porque ya no esta frente a él. Ya no siente dolor. Pero aún así, la sonrisa le dura poco y sigue llorando. Y llora, y sigue llorando, sin hartarse, sin final, lágrimas sin final que van dejando huellas por todos los lados por los que va. Y sigue así, caminando, llorando, sin rumbo, sin final. Pero por fin, libre de golpes.


martes, 2 de octubre de 2012

Amistad.

Ven aquí pequeña. Te voy a dar tal abrazo que aun que los capullos te hagan daño todo te va a resbalar  Solo son tíos y nosotras jóvenes  ¿Dónde queda la alegría de ir sin importar nada? Venga, dejemos lo estar, son chicos, sí, esos por los que nos volvemos locas y empezamos a gritar, más por dramatizar que por puto entusiasmo. Qué más da. Lo bonito de esto, es que no importa. Solo hay que divertirse, pasarlo bien y tenerte a mi lado, mi mejor amiga, mi hermana. Que nadie te quite la sonrisa, y menos los chicos. Ellos no son nadie. Nosotras somos las que lo valemos y si no es así, pensemos que es un juego, jugamos nosotras y ellos tan solo son los muñequitos que utilizamos. ¿Suena infantil, no? Claro, es que lo es, porque somos niñas, sí, con 15 años, tenemos de "mayores" lo mismo que de bebés. Pero somos nosotras mismas, somos autenticas, y eso pase lo que pase siempre será así. Niñas sinceras, únicas, autenticas, locas, ingenuas y mil cosas más somos, pero ante todo, somos hermanas, porque siempre estamos y estaremos juntas. Jamás te dejaré sola pequeña, no lo dudes.